21:00 de un viernes que pone fin a una semana de película de terror.

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Yo no me quejo nunca, porque no sirve de nada.

Pero a veces me cabreo.

Te cuento lo que me pasó, y tu después sacas tus conclusiones

Ahora eres estudiante o acabas de graduarte en Relaciones Laborales.

Lo que te cuento en este post es algo para lo que tienes que estar preparado si algún día te estableces por tu cuenta.

Mira 👀 

Cuando trabajas para ti mismo, tu eres quien fija tus precios (honorarios si somos más finos).

Y el mercado (o sea tus clientes) y tu marca personal son los  quen determinan si esos honorarios (vamos a ser finos coño) finalmente son aceptados.

En esto hay libertad.

La tuya para fijar tus precios, y la del mercado para aceptarlos o no.

Por ello si algún cliente alguna vez se queja de tus precios o te pide que le hagas una rebaja, ni de coña te plantees hacerlo.

Repito: NI DE COÑA

Le puedes dar facilidades de pago siempre al que te respeta, te valora y al que tiene voluntad de pago.

Después de esta breve introducción te cuento lo que me ha pasado esta semana.

Al lío ...

Descargo una de las decenas de notificaciones que me llegan a diario al mail.

Dos de ellas son de la TGSS.

En ellas se notifica a dos clientes que se ha regularizado sus cuotas de seguridad social, y como resultado se les van a devolver 3K, y se les va a modificar la base de cotización, pasando de cotizar por 1.800 euros a cotizar por 1.000 euros.

Los clientes son hermanos y residentes en Lanzarote (como decían años atras en el Un dos tres 📺)

Básicamente una fuerte putada para estos clientes.

Yo les comunico lo sucedido y les indico que es posible recurrir frente a esta situación.

Les indico también que esa gestión lleva aparejado el cobro de honorarios, porque ese trabajo no está incluido en la cuota mensual que les facturo.

Les doy mis honorarios, y mis plazos para realizar el trabajo.

Me dan su conformidad.

A priori todo Ok

Fumata blanca 🕊️

Pero ...

Al día siguiente ...

Recibo la llamada del hermano negociador (había visto todo los capítulos de la serie Negociadores de New York 🎬📽️🎞️).

Me dice que había estado pensando, y que no entendía como le podía cobrar lo que le había dicho el día anterior.

Lo que me estaba diciendo era que le estaba estafando, que era un carero, que me había pasado, que se me había ido el baifo ...

Me dice que solo es hacer "dos papeles", y que haciendo el de su hermano, ya tenía hecho también el suyo.

Yo le muestro mi disconformidad con lo que el está pensando y le indico que el también tiene un negocio, y que no aceptaría que yo fuera a rebatirle sus precios.

El me responde que el recurso si se lo iba a presentar, me dice textualmente: "esto si me lo vas a a presentar tu", pero tendré que buscar otro asesor laboral.

La cosa se puso tensa, aunque no llegó a mayores.

Colgamos la llamada, y a los cinco minutos lo llamé yo a el.

Esa llamada es algo de lo que me arrepiento, porque con un cliente que piensa de esa manera no hay forma humana de razonar.

Nunca hay que reaccionar, ni dejarse llevar, por muy enfadado que uno esté con el individuo con el que esté hablando.

La llamada fue para decirle cuatro cosas y lo único que pasó al finalizar esa llamada, es que yo me sentí mal, con baja energía, con un cabreo todavía mayor, y no arreglé nada.

Ahora que lo estoy escribiendo, con más calma, hubiera afrontado esa situación de otra manera.

Intentaría pedirle al cliente que me explicara por qué consideraba que mis honorarios eran tan "desorbitados", y seguiría ahondando hasta llegar al origen real de su pensamiento.

Le haría ver que el no tiene conocimiento real de lo que ha pasado, ni de las repercusiones, y que la responsabilidad y el trabajo previo necesario para poder llevar a cabo mi tarea, están más que justificadas, aunque el quizás no logre entenderlo.

Después dejaría la pelota en su tejado y le diría que lo entiendo y que si no está convencido de encargarme a mi el trabajo que no lo haga, y que consulte con otro profesional.

Esto último ya se lo comenté en la primera llamada, y fue cuando me dijo que este trabajo si lo haría yo, y que tendría que buscar otro asesor laboral.

Pero quizás de una manera más tranquila y pausada, quien sabe si lo hubiera entendido mejor.

En conclusión.

Este hecho que relato, es algo que puede sucederle a cualquiera, y mi recomendación es no actuar desde el miedo a perder a ese cliente, independientemente de la situación que estés viviendo en tu empresa (buenos o malos tiempos, da lo mismo).

Si aceptas que un cliente regatee y cuestione tus honorarios, entonces estás dejando que otro maneje tu negocio.

Por ello, tanto si eres de los que se cabrean o si eres de los que intentas razonar, mi consejo es que no cedas nunca en tus honorarios.

Mejor tener precios altos que tenerlos baratos.

Si eres barato estarás permitiendo que formen parte de tu cartera clientes que no merecen tu asesoramiento.

Hoy ya es el día siguiente al que comencé a escribir este artículo.

Son las 14:33.

Me tengo que reunir con estos clientes, los hermanos Dalton (los llamo así en sentido cariñoso, no seáis malpensados), para terminar de explicarles la situación, y presentar el recurso de alzada con la finalidad de que obtengan el resultado esperado, y la TGSS mantenga la base de cotización de 1.800 euros y no les devuelva ninguna cantidad de dinero.

Yo soy un profesional, y me da igual lo que haya pasado, yo voy a muerte con mi ética del trabajo y mi profesionalidad.

Si se van o se quedan, eso es algo que yo no puedo controlar, incluso sin que haya habido malos entendimientos entre nosotros.

Así que no me enfoco en eso.

No te podrás quejar, estoy compartiendo contigo el día a día de mi despacho, de la profesión, la realidad de lo que te vas a encontrar cuando salgas a la arena del Colisseo.

No he visto a nadie que haga esto, que se exponga tanto con la finalidad de ayudar y enseñar a otros.

En este blog te cuento qué es esta profesión.

Sin filtros.

La cruda realidad.

Mis errores, mis aciertos.

Mis aprendizajes.

Esto es lo que te hace comprender y entender esta profesión y te ayuda a darte cuenta de si realmente quieres dedicarte a esto.

Por hoy ya no tengo más que contarte (te quejarás!!!!)

Es tarde y tengo que comer.